¿Qué presente y mucho menos futuro puede tener una sociedad donde los valores fundamentales se convierten en peso muerto que impide tener éxito a quien cumple la ley?
Está meridianamente claro que las riquezas de los pueblos esta umbilicalmente atada al respeto a la ley administrada por sistemas de justicias justos y transparentes.
Corea del sur con 100,000 km2 (apenas el doble de nuestro país y 52 millones de habitantes) a pesar de que 72% del mismo es superficie montañosa hoy tiene un modelo social con plena garantía de salud, educación y viviendas con calidad de primer mundo acompañada de un ingreso per cápita de +30,000 USD anuales.
Es necesario aclarar que este desarrollo social no ocurre porque los coreanos sean ángeles… Ocurre porque la justicia funciona. Todos los ciudadanos son iguales ante ella y si la justicia falla… La sociedad responde con fuerza abrumadora…
Sólo en los últimos 10 años ha tenido un ex presidente preso y la destitución de la presidenta Park enviada a la cárcel donde aún permanece, por demás hija del general Park Chung He, fundador de la nueva Corea. Así como al dueño del grupo SK, segundo conglomerado industrial del país con ingresos de 140 billones de dólares anuales… Hace menos de un año salió de la cárcel el CEO de Samsung, principal conglomerado económico de Corea, con más de 300,000 empleos sólo en Corea e ingresos anuales por más de 218 billones de dólares.
En el juicio a Lee Ja-Yeong heredero del grupo Samsung, sus abogados argumentaron que la condena impactaría terriblemente el valor de las acciones, lo cual a su vez pondría la economía del país en riesgo. Los jueces fallaron con una condena rigurosa y fue enviado a la cárcel.
¿Cómo un ciudadano Coreano va a violar la ley si sabe que hasta los presidentes en funciones son condenados por un juez y lo enviados a la cárcel?
¿Quién va a desafiar el imperio de la ley si los dos hombres más ricos de Corea pagaron años de cárcel??? En todos los casos los delitos cometidos no tenían que ver con ningún perjuicio a los fondos públicos.
Estas decisiones judiciales, sin dudas, crearon los fundamentos para la Corea de los próximos 50 años.
¿Cuándo comenzamos aquí?