El juez es el mejor abogado, soberano por mandato, ejerce esa facultad mal o bien. La soberanía real en fuerza y voluntad, le es consustancial al pueblo.
La justicia dominicana y las juezas del Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, están en el banquillo de los imputados, bajo el escrutinio expectante de la nación. En el proceso Odebrecht, se está decidiendo la salud de la República, atacada por una enfermedad en extremo agresiva que le ha infectado, la corrupción. Nos encontramos ante la disyuntiva del bien o el mal, nos salvamos o nos hundimos; esto no es un juego para indiferencias. Porque el fallo no afectará en exclusivo a los imputados, involucra el destino del Estado nación. No comprenderlo, es no estar a la altura de las circunstancias.
A prueba de encuesta, sabe todo el mundo que de ese juicio no resultará la justicia total que reclama la nación, lo saben las juezas que juzgan en la audiencia. Conocen el acuerdo de lenidad con Odebrecht que malogra cualquier posibilidad de hacer justicia cabal, y tienen clara conciencia de que están procesando un fragmento muy pequeño de toda la trama, definido como cepo procesal, cuando la presidenta del tribunal anuncia: «(…) Aquí no se viene a probar cualquier cosa, sino los juzgamientos de los cuales estamos apoderados». Una declaración que configura la predeterminación de un comando: ejecutar; la labor de una computadora sin ponderación de circunstantes relevantes o subyacentes.
En un exhorto el reo principal advierte al tribunal sobre no dejarse presionar por gobernantes, sociedad civil, ni los medios de comunicación. El tribunal declara en alusión correspondiente: «Como terceros imparciales, éste tribunal solo se encuentra sometido a la Constitución y las leyes y como tal le es indiferente el resultado de éste caso». Sin el testimonio de Marco Vasconcelos Cruz, las imputaciones de soborno se caen, y con el acuerdo de lenidad, excluyente del infractor intelectual, no hay juicio genuino.
El núcleo para abrir un proceso penal auténtico, requiere anular el acuerdo de lenidad, demostrando su ilegalidad por ser una componenda entre transgresores; lo que precisa juicio previo a Danilo Medina, Jean Alain Rodriguez y a quienes sea necesario. Un reto para Luis Abinader, presidente.
Cuando realizamos algo propio, ponemos celo en que el resultado sea satisfactorio. El producto de una labor define un buen operario o un buen profesional, el producto determina la idoneidad de quien lo realiza. Cuando se sirve al interés público, los frutos de la labor de un funcionario están bajo innumerables microscopios, por eso, el esmero en lo que se hace, requiere preparación, empeño y concentración. Si se es indiferente al resultado de lo que se hace, se es un chapucero.