Por Dr Roque Alejandro Espaillat
Lo que hoy vivimos desnuda la farsa construida -y creída por muchos- de nuestro “milagroso crecimiento económico”, la absurda pleitesía al lujo y sus templos, la vanidad que impulsa la cultura de lo instantáneo. La pandemia no trajo el endeudamiento galopante, la corrupción sistémica , la devastación medioambiental, fronteras sin control, inseguridad ciudadana, pésima calidad de la educación, despilfarros de fondos públicos comprando medios y voces, suspensión de elecciones; contubernios del poder con grupos económicos . ESTA EPIDEMIA SOLAMENTE DESATÓ LA CRISIS .
Hoy enfrentamos el shock que de cualquier manera iba a llegar aunque fuera un huracán, una crisis en los mercados de deuda etc. u otro el elemento desencadenante .
Llegamos hasta aquí tras haber degradado el maestro y la familia como fuentes de autoridad, valores, conocimiento y futuro.
La pandemia se ha impuesto sobre el marketing y sus espejismos.
El velo se ha caído.
La realidad se ve y se verá cada dia mas cruda y dolorosa.
El VIRUS corroe con similar fuerza la salud humana y a la mentira construida y padecida por años. Ahora podemos ver claramente el fracaso del modelo social, de la clase política, del modelo económico.
Ahora sabemos que lo inimaginable es posible…..
La pérdida de vidas, empleos, sueños, esperanzas y todo vestigio de certidumbre… las cicatrices emocionales que dejará esta situación en el alma humana, no solo por el túnel oscuro que estamos cruzando, sino también por lo que encontraremos y viviremos al salir de él. Luego de atravesar el valle de dolor y muerte que relatan las sagradas escrituras nos espera una situación de incertidumbres y desafíos jamás imaginados. El modelo social invirtió la pirámide de valores, nos construyó héroes de cartón y heroínas de silicona. El todo se vale.. el na e na . las fortunas instantáneas , el ruido, el morbo la sexualidad a flor de piel, el descaro, la búsqueda de lo fácil.
Una de las cosas positivas que nos dejará esta crisis es el cambio de paradigmas sobre quiénes son realmente nuestros héroes, el tipo de personas de quienes debemos sentirnos orgullosos: el agricultor, que produce la comida; no el importador. El médico, que cuida la salud, no el pelotero que esgrime un garrote; la enfermera que atiende y salva pacientes, no la megadiva que promueve una sexualidad sin valores; el soldado honesto que los hay, no el reggaetonero y la promiscuidad, el líder comunitario que afana por su gente, no el político que vive de la gente; el maestro que educa y forma, no el narcotraficante que pervierte.
Vimos y dijimos lo que hoy padecemos .Ahora advertimos lo que viene y proponemos lo que hay que hacer . Aquello no podíamos evitarlo.. Esto en cambio, podemos forjarlo. Estamos a tiempo. Es nuestro papel en Rescate Democrático
Bueno quizás esta vez el presidente
Danilo Medina se quita el paño con pasta de la cara y empieza a desmontar la banda de ladrones que tiene a su alrededor